El sexo oral y sus incógnitas

Hacer una felación, un francés, una mamada… El sexo oral es una práctica normalizada y totalmente integrada en nuestras relaciones sexuales, y no a todo el mundo le queda claro cómo de segura es, en lo que a la transmisión de ITS se refiere.

Por todos es sabido que el uso del preservativo es el único método eficaz para mantener a raya las infecciones de transmisión sexual, pero que gran parte de la población prefiere no utilizar el condón a la hora de realizar o recibir sexo oral, es “un secreto a voces”. Se habla mucho del supuesto bajo riesgo que conlleva la práctica sin terminar de concretar del todo dónde empieza y acaba ese riesgo, los resultados de las búsquedas en internet descubren versiones que se contradicen entre sí, y esto no hace más que contribuir a la desinformación y desorientación que ya de por sí el tema despierta. Pues bien, ¿qué riesgos conlleva el sexo oral?

El nivel de riesgo varía según de qué infección de transmisión sexual estemos hablando. Por ejemplo, si hablamos del VIH, la posibilidad de transmitir o de que te transmitan el virus es improbable o “teórica” y, en cualquier caso, el único que se expone al virus es el que “pone la boca”. El semen es el fluido que transporta el VIH, pero el líquido preseminal no contiene suficiente cantidad de virus como para posibilitar la transmisión. De hecho, no hay casos documentados de infección por VIH por realizar sexo oral sin recibir eyaculación en la boca. E incluso con descarga, que la transmisión del virus ocurra es algo complicado: afortunadamente el VIH es muy frágil fuera del cuerpo humano, muere en cuestión de segundos al entrar en contacto con el aire y, además, la saliva contiene encimas y proteínas que terminan por desactivarlo. La cavidad bucal es un entorno muy hostil para el VIH. Ahora bien, si hay presencia de heridas profundas o de otras ITS en la boca, éstas pueden hacer de puerta de entrada para el virus en caso de que la eyaculación contenga una capacidad infecciosa (carga viral) alta o necesaria para que la transmisión ocurra y los elementos externos que anulan la transmisibilidad del VIH (aire, saliva…) no hayan “actuado” de manera previa.

Para el resto de ITS (Gonorrea, Clamidia, Sífilis…) el sexo oral sin condón implica el mismo riesgo que el sexo anal o vaginal desprotegido, seas tú quien lo realice o lo reciba: estas infecciones, la gran mayoría producidas por bacterias, son fácilmente transmisibles a través del sexo oral, y son las que en un momento dado, podrían “facilitar” la entrada del VIH en el organismo, en el caso de que todas las condiciones antes mencionadas se cumplieran.