Con el fin de evitar la infección por el VIH, hay estrategias de prevención efectivas más allá del preservativo, capaces de solventar los posibles problemas derivados de una rotura o una mala adherencia al mismo. Os hablamos de la Profilaxis Post-Exposición y la Profilaxis Pre-Exposición al VIH.
PPE:
Conocemos las posibles consecuencias de mantener relaciones sexuales sin protección o de que se nos rompa un condón. De la misma manera, sabemos que el sistema preventivo más eficaz contra las ITS, incluido el VIH, es el preservativo. Pero, tal y como existe una “pildora del día después” para prevenir los embarazos no deseados, ¿existe algún método para evitar una posible infección por VIH tras exponernos al virus en una práctica de riesgo? Sí, lo hay, y se llama la Profilaxis Post-Exposición al VIH.
La PPE o la Profilaxis Post-Exposición al VIH es un tratamiento antirretroviral que se administra a personas sin VIH que acaban de tener una exposición de alto riesgo al virus. Este riesgo puede ser ocupacional (profesionales de la salud) o no ocupacional (en el contexto de una relación sexual desprotegida o de uso de drogas). Consiste en la administración de pastillas antirretrovirales (suelen ser 3 diarias) durante 4 semanas (28 días) y debería iniciarse inmediatamente después de un posible contacto con el VIH, con el fin de evitar su transmisión: El colectivo de profesionales de la salud Gesida (Grupo de Estudio de SIDA) señala que la PPE se tendría que administrar idealmente dentro de las primeras 6 horas de la exposición, pero no después de las 48-72 horas.
¿Cómo se puede acceder al tratamiento? La Profilaxis Post-Exposición al VIH se dispensa en los Servicios de Urgencias de nuestros hospitales (en Bilbao y en Bizkaia, en los hospitales de Cruces, Basurto, Galdakao y San Eloy). Un médico evaluará la trascendencia de la práctica de riesgo en cuestión y valorará si el inicio del tratamiento está justificado o no. ¿Cuándo está recomendado iniciar la PPE? Siempre que se hayan llevado a cabo prácticas que incluyan el sexo anal desprotegido (ya sea como activo o como pasivo) con una persona cuyo estado serológico respecto al VIH sea positivo (y que no esté en tratamiento) o, por supuesto, siempre y cuando se mantengan las mismas relaciones desprotegidas con alguien cuyo estado serológico sea desconocido.
El éxito de la PPE no está garantizado al 100%, pero varios estudios avalan la efectividad del tratamiento a la hora de mantener a la infección por VIH al margen. Sin embargo, la PPE jamás debería ser entendida como un método de prevención al uso, si no como un sistema para reducir los daños de un accidente imprevisto.
PrEP:
La PrEP (acrónimo inglés de Pre-Exposure Prophylaxis) es una pastilla que las personas seronegativas pueden tomar para evitar infectarse por VIH cuando piensan que se van a exponer al virus. Igual que cuando uno viaja a una zona endémica de malaria y toma una pastilla mientras está «expuesto» a ello. La PrEP se puede tomar de continuo, o bien sólo los días que rodean a un evento.
El colectivo de hombres que tienen sexo con otros hombres, sin ir más lejos, utiliza el preservativo en altos porcentajes y, sin embargo, representa más del 51% de las nuevas infecciones por VIH en la actualidad. Esta es una realidad extensible a la mayor parte del mundo occidental, por lo que hay que asumir que el uso del preservativo tiene un límite. Por eso, la PrEP se presenta como una opción preventiva más.
La PrEP está produciendo en la sexualidad gay una revolución similar a la que la píldora anticonceptiva produjo en la mujer durante los años 70. Tanto la PrEP como la píldora funcionan de la misma manera: son “condones químicos” pensados para “prevenir” riesgos derivados de una relación sexual. En este caso, en vez del embarazo no deseado, es la transmisión del VIH. El tener diferentes opciones preventivas para elegir o combinar siempre es algo positivo y también necesario.
Esta estrategia preventiva, cuya eficacia está comprobada científicamente, está aprobada en varios países: EEUU, Francia, Australia, Israel, Canadá, Kenya y Sudáfrica. Es totalmente voluntaria y, además, la prescripción de este fármaco está dentro de un seguimiento médico de las ITSs.
La PrEP, todavía, no está aprobada en el estado español.