Prostitución

El programa de prevención y acompañamiento socio-sanitario dirigido al colectivo de personas (mujeres, hombres y transgénero) que ejercen la prostitución, se viene desarrollando por parte de la Comisión Ciudadana Anti-Sida de Bizkaia desde el año 1989.

Pretendemos llegar a la mayoría de personas que ejercen la prostitución (PEP) en Bilbao y alrededores, prestando especial atención a la zona de Las Cortes, tradicional barrio donde se ejerce la prostitución en la ciudad y actualmente en proceso de rehabilitación tanto social como urbanística.

Desde la asociación, consideramos imprescindible abordar la salud de estas personas desde una perspectiva integral, lo que supone comprender la salud como el estado completo de bienestar físico, mental y social (OMS, 1978).  A la hora de plantear nuestro marco teórico de intervención con PEP, hablaremos siempre de personas que la ejercen de forma voluntaria y no forzada por terceros; ya que hemos comprobado que son estas personas las que hacen uso de nuestros servicios y también donde consideramos que la prevención y el acompañamiento socio-sanitario tiene sentido. Resulta incuestionable que ante la trata, la extorsión y el abuso, la forma de intervenir dista mucho de planteamientos preventivos relacionados con la salud física, y que la denuncia y protección de estas personas se tornan imprescindibles.

Existen muchos factores que influyen en cómo se ejerce la prostitución, no es algo homogéneo y hay diferentes formas de ejercerla y de vivirla. Entre estos factores podríamos destacar, el nivel cultural, la clase social, la procedencia, el origen étnico y el género (aunque una amplia mayoría son mujeres, también hay hombres y mujeres transexuales que la ejercen).

Un hecho destacable que afecta a todas estas PEP que ejercen la prostitución de manera voluntaria, es la situación de ‘alegalidad’, en la que se encuentra esta actividad y el no reconocimiento de su carácter laboral, pues significa que quienes la ejercen voluntariamente carecen de derechos laborales. Las PEP que quieran abandonar la prostitución deben tener vías para hacerlo, pero, hay que escuchar también, a quienes reclaman ejercerla en mejores condiciones.

Dentro del colectivo de personas que ejercen la prostitución, nos encontramos con una diversidad de orígenes (90% de procedencia extranjera), con diferentes edades, niveles culturales, procedencias y costumbres. En muchos casos son más vulnerables por el simple hecho de haber llevado a cabo un proceso migratorio. Con frecuencia permanecen fuera de las estructuras legales, sociales y sanitarias, y, por lo tanto, se encuentran con enormes dificultades para acceder a información sobre maneras de mejorar su calidad de vida y trabajo. Dentro de las escasas posibilidades de trabajo a las que las personas inmigrantes optan, está la prostitución.

Este colectivo por lo general, ha realizado un proceso migratorio en soledad y se dedican a una actividad (la prostitución) muy absorbente que les deja poco tiempo para establecer redes sociales de apoyo, ya que, al estar cargada de un gran estigma social, les obliga a quienes la ejercen a ocultar su situación. En algunos casos, las condiciones de cómo se ejerce la prostitución, además del propio duelo migratorio, generan unos niveles de ansiedad y estrés elevados, unidos a la depresión y pérdida de autoestima, lo que supone un riesgo evidente para su integridad física debido al desgaste emocional y psicológico que conlleva.

Las mujeres inmigrantes que atendemos desde la entidad, se encuentran en riesgo de exclusión social como consecuencia de su situación irregular, lo que les dificulta el acceso a derechos fundamentales como, la salud, la educación y la justicia o la protección social, así como, el acceso a un empleo de calidad y a una vivienda digna.

La relación asimétrica complementaria entre hombres y mujeres, enmarcada en una sociedad de estructura patriarcal como la nuestra, favorece situaciones de desigualdad entre los géneros. Estas desigualdades son visibles en distintos planos como son el laboral, social, afectivo-relacional y sexual.

Los roles de género se traducen en muchas ocasiones en situaciones de sumisión de las mujeres hacia los hombres. Desventajas en cuanto al bajo poder económico favorecido por las dificultades en el acceso laboral y la baja remuneración de los trabajos destinados a mujeres. Además, y en un terreno más relacional e íntimo, constatamos la falta de poder de las mujeres en la negociación de sexo más seguro y placentero para ellas.

Desde nuestra asociación, pensamos que la profesionalidad y la autoestima de las trabajadoras sexuales son los elementos que pueden modificar esta relación de poder entre los géneros. Los mensajes destinados a mejorar su nivel de salud tienen que basarse en una dignificación de su trabajo y la mejora de las condiciones del mismo, así como de su vida. Prestamos especial importancia en nuestra intervención a la promoción de la participación y el asociacionismo, y de cohesión grupal, resaltando el trabajo de formación grupal de agentes de salud.

Por otro lado, el creciente acceso de trabajadores sexuales masculinos (TSM) a nuestros servicios de Prevención y diagnóstico precoz, exige de manera automática estrategias adaptadas a las características específicas del colectivo por parte de Bizkaisida. Además, como una subpoblación de los HSH (Hombres que tienen sexo con hombres), son de especial interés para la prevención del VIH porque en muchos estudios nacionales e internacionales se han evidenciado altas tasas de infección por el VIH y otras ITS (las prevalencias de otras ITS son más altas entre los TSM si se las compara con otros HSH y las mujeres que ejercen la prostitución).

Las principales explicaciones del por qué los TSM se exponen a mayor riesgo frente a las infecciones de transmisión sexual, tienen que ver con diferentes factores: Nº de parejas sexuales, y factores biológicos (sexo anal, insertivo y/o receptivo). Pero no menos importantes, percepciones subjetivas, autoestima, autoimagen, temas de poder, control sobre la interacción con los clientes y otros factores contextuales.

La posición en la industria del sexo, la duración del trabajo sexual, la edad, la migración, la soledad, el nivel económico y educativo, las identidades laborales (trabajar en prostitución) y sexuales también han sido vinculadas al sexo sin condón entre TSM. Añadido a esto, algunos TSM inmigrantes procedentes de algunos contextos culturales diferentes a los del país de acogida, experimentan un significativo estigma social debido a la transgresión de la “heteronorma” de su país de origen. El estatus de ser inmigrante, su alta movilidad buscando una “plaza” de trabajo e involucrarse en la prostitución temporalmente dificultan las intervenciones de prevención.

Por todos estos factores ponemos en marcha estrategias específicas de acercamiento comunitario a este colectivo, que se presenta y se relaciona con su clientela de una manera muy determinada. Nos adecuamos a sus códigos, sus ritmos, horarios y, en definitiva, a sus necesidades.

El trabajo en red, la coordinación y colaboración con entidades públicas y privadas, los diferentes foros, los medios de comunicación y las nuevas tecnologías, son ámbitos donde trabajamos en pro de la sensibilización y la transformación social, actuando como agentes de cambio.

Realizamos un importante y necesario trabajo en red con diferentes asociaciones tanto estatales como locales, de esta manera participamos activamente en diferentes proyectos y redes:

-Proyecto Estatal de educación para la salud con el colectivo de personas que ejercen la prostitución” Hay Cosas que No se Olvidan (HCQNSO)”, que aglutina a diferentes Asociaciones y Comités Antisida y que ejerce sus actividades en todo el Estado español.

– GU GAITUN, Federación Vasca de Asociaciones que trabajan en Prostitución.

– HARRESIAK APURTUZ – Coordinadora de ONG de Euskadi de Apoyo al Inmigrante, donde formamos parte activa en la Comisión Sanitaria.

– EAPN (Red Europea de lucha contra la pobreza y la exclusión social de Euskadi). Junto con otras entidades que forman parte de la Red, participamos y trabajamos en la Comisión de Mujer y Exclusión social.

Esta entrada también está disponible en: euEuskara

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