Discriminación

La igualdad se sustenta en la dignidad de la persona, considerada como fundamento de los derechos humanos.

La dignidad se refiere a un reconocimiento del valor de la persona como ser humano, que incluye elementos que se refieren al respeto y la consideración, así como la protección de una persona por el hecho de ser. La persona no es un medio, sino un fin.

 Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquiera otra condición o circunstancia personal o social.

Artículo 14 de la Constitución Española, 1978.

EL RECHAZO, EL ESTIGMA Y LA DISCRIMINACIÓN EN TORNO AL VIH.

El sida, en sus orígenes, se relacionó con figuras y metáforas, todas ellas con connotaciones negativas, que vinieron a reforzar comportamientos de discriminación hacia colectivos ya marginados previamente.

A lo largo de la historia, se ha instalado en la sociedad el miedo a las diferencias. La discriminación y la estigmatización se basan en generalizaciones y en prejuicios, es decir, en juicios emitidos sin tener conocimientos de lo que una persona es, siente o vive.

Muchas veces el trato hacia las personas que viven con VIH/sida y la dificultad para defender sus derechos se basan en el desconocimiento y el temor aprendido socialmente, así como en el miedo a la enfermedad y a la muerte.

Los medios de comunicación han tenido un papel fundamental en la construcción de estas representaciones e imaginarios que han ido conformando, junto con otros factores, la realidad social del VIH y del sida. El miedo, el rechazo y la ignorancia han provocado la estigmatización y la discriminación de las personas con VIH. Esta situación generó un movimiento asociativo fuerte que ha desarrollado un excelente trabajo en la defensa de los derechos de las personas con VIH y en la lucha contra la discriminación.

Los logros obtenidos por las personas que viven con VIH/sida y las ONG de este sector han sido notables, aunque queda camino por recorrer.

Desde la Primera Consulta Internacional sobre Sida y Derechos Humanos de 1989, la lucha contra la discriminación no sólo ha sido una exigencia derivada del entramado ético y normativo de la sociedad internacional, basada en los derechos humanos, sino que ha supuesto un elemento básico en la propia lucha contra la epidemia.

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