Si eres de los que habitualmente lee el periódico o ve el telediario, probablemente ya habrás escuchado hablar del “Chemsex”. El “Chemsex” es un término anglosajón para describir la experiencia que se lleva a cabo bajo la influencia de sustancias químicas (Chem-), mientras se tienen largas sesiones de sexo (-sex). Es una práctica minoritaria que se ha instalado en grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Londres o Berlin y que parece que todavía no ha llegado del todo a Bilbao. Los encuentros se producen en espacios privados, son frecuentemente convocados a través de las Apps de ligoteo y se caracterizan por sus largas duraciones. En el estado español, los términos equivalentes que suelen hacer alusión al “Chemsex” son: “cerdeo y guarreo”, sesión, fiesta, morbo y vicio, colocón, etc.
El concepto de tener sexo en grupo bajo los efectos de las drogas no es nada nuevo tanto en el colectivo homosexual como en el heterosexual. Entonces, ¿Qué diferencia al fenómeno “Chemsex” de la orgía “de toda la vida”? Según los expertos, es la inclusión de nuevas drogas como la mefedrona o la tina. La tina es considerada como una de las drogas más peligrosas del mundo por su rápido efecto adictivo y por las consecuencias perjudiciales a nivel personal y social. Es una droga que mezcla la hiperactividad de la cocaína con las alucinaciones del LSD. Produce sensación de energía y fortaleza física, te mantiene despierto y quita el hambre y potencia la percepción del placer. Un “viaje de tina” puede llegar a durar hasta 12 horas. Se consume fumándola a través de una pipa de cristal, pero también se puede esnifar, usar diluida en agua para introducirla dentro del ano o para inyectarse por vía intravenosa (práctica conocida como “slaming”).
Por supuesto, el consumo de drogas por vía parenteral (a través de la sangre) y la pérdida de la “percepción de peligro” por el efecto de las drogas (olvidarse del condón) incrementa el riesgo de transmisión del VIH y otras infecciones de transmisión sexual.
Aunque el “Chemsex” en su esencia, sea algo muy antiguo, distintos medios de comunicación de masas empiezan a hablar de él en términos sensacionalistas y alarmistas. La combinación de sexo y drogas no es nueva en nuestra sociedad y la clave de la prevención sigue estando en la información y, en gran medida, en la reducción de riesgos.
Bizkaisida atiende a hombres que tienen sexo con otros hombres, vivan con VIH o no, proporcionando información, orientación y asesoramiento en torno a la combinación entre sexo (prevención de ITS) y drogas (interacciones entre medicamentos del VIH y drogas u otras sustancias) de manera confidencial y personalizada.
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